Para la reforma de esta casa en el casco antiguo de Vigo, que consta de dos plantas, nos centramos, sobre todo, en aprovechar al máximo cada metro cuadrado, ya que sus dimensiones son reducidas, y en potenciar el uso de la luz natural, una buena forma de crear sensación de amplitud.
Para lograr estos objetivos se eliminaron las puertas, lo que sin duda facilitaba la circulación y la habitabilidad, y se utilizaron tonalidades claras tanto en las paredes como en el mobiliario combinados con materiales naturales como la madera. De esta forma se conseguía un perfecto toque rústico y hogareño en la vivienda. Además, también añadimos detalles en negro, propiciando dinamismo y contraste.
El proyecto de reforma de esta casa en la zona vieja de Vigo comenzó con la rehabilitación de la cocina, en la que se cambió el equipamiento inicial por otro más moderno y adaptado a las necesidades de nuestros clientes. El color utilizado, el blanco, que refleja toda la luz y crea de manera instantánea un ambiente diáfano y luminoso. Después, en la habitación de los más pequeños se optimizó el espacio colocando unas literas y añadiendo unos armarios ubicados en los huecos disponibles que dejaban las camas.
En la segunda planta se encuentra la habitación principal y, para acceder a ella, colocamos unas escaleras de madera que van a juego con las vigas del techo. Ya en la estancia dimos el máximo protagonismo a la cama, situada en el centro, y añadimos muebles de almacenaje pequeños y funcionales, siempre siguiendo el diseño y la decoración acordada. De ahí que nos decantásemos por el blanco para el mobiliario y la madera para el suelo.
La reforma del baño, por su parte, mezcla igualmente detalles en blanco, aunque se añade una pared en un color más oscuro y finalmente, en la terraza creamos un pequeño porche ideal para relajarse con la familia y los amigos después de un duro día de trabajo.