Mantener nuestros hogares frescos y con una temperatura agradable en verano no siempre es fácil. Seguramente estés pensando en el aire acondicionado y otros elementos que nos ayudan a combatir el calor, pero… ¿sabías que la decoración y el interiorismo también nos ofrecen herramientas poderosas para mitigar las altas temperaturas? ¡Desde Decomar te contamos más al respecto!
Tejidos ligeros y transpirables: la clave textil
Una de las estrategias más efectivas para disminuir el calor dentro de casa es la elección de los tejidos. Apuesta por materiales ligeros y transpirables como el lino, el algodón o la seda para cortinas, ropa de cama y tapicerías. Estos tejidos permiten la circulación del aire y evitan la acumulación de calor, a diferencia de las fibras sintéticas o los terciopelos, que tienden a retenerlo. Los colores claros, además, reflejan la luz solar en lugar de absorberla, contribuyendo a una sensación de frescor.
Colores frescos: una paleta que invita a la calma
La psicología del color juega un papel importante en cómo percibimos la temperatura. Los tonos fríos como el blanco, el azul, el verde y el gris claro tienen un efecto refrescante y transmiten una sensación de calma y amplitud. Incorporar estos colores en paredes, muebles y accesorios puede transformar la atmósfera de una estancia, haciéndola sentir más fresca y relajante durante los días calurosos.
Iluminación estratégica: luz natural y fuentes de calor controladas
Aprovechar al máximo la luz natural es fundamental, pero has de gestionarla correctamente. Utiliza cortinas finas o estores durante las horas de mayor intensidad solar para filtrar los rayos directos sin oscurecer por completo el espacio. En cuanto a la iluminación artificial, elige bombillas LED, que generan mucho menos calor que las incandescentes. Valora también el uso de lámparas de pie o de mesa en lugar de focos empotrados en el techo, ya que estos últimos tienden a irradiar calor hacia abajo.
Ventilación cruzada: el aire como aliado
Fomentar la circulación del aire es una de las maneras más naturales y efectivas de refrescar un espacio. Abre ventanas y puertas opuestas para crear corrientes de aire que renueven el ambiente y ayuden a bajar la temperatura interior. Si dispones de ventiladores de techo, úsalos para mover el aire y generar una brisa suave. Combinar el uso de ventiladores con la ventilación natural puede marcar una gran diferencia.
Elementos naturales: frescura que decora
Incorporar elementos naturales no solo añade belleza a tu hogar, sino que también contribuye a crear un ambiente más fresco. Las plantas de interior, por ejemplo, ayudan a purificar el aire y a aumentar la humedad ambiental. Fuentes de agua pequeñas o recipientes con agua y flores frescas también aportan sensación de frescor y serenidad.
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