Durante estos meses de calor mucha gente pasará buena parte del día cerca de una fuente. Es cierto que, al menos en los países cálidos, durante el verano las fuentes urbanas se convierten en improvisadas duchas públicas que sirven a los viandantes para refrescarse de las altas temperaturas que, año tras año, no paran de subir.
La fuente con calor gusta más
Sumergidos en este ambiente veraniego, hoy, queremos hablaros de las fuentes. Ornamento clásico que, además de refrescar el ambiente y convertirse muchas veces en una improvisada ducha para sofocar el calor veraniego, puede servirnos de gran ayuda en nuestro hogar. Las fuentes contribuyen a crear un ambiente más confortable y agradable, además de ser un elemento decorativo que dota de carácter a la vivienda.
Existen multitud de fuentes en el mercado, la elección no va a ser sencilla.
Fuentes de todos los tipos
En un tiempo pasado las fuentes eran habituales en grandes jardines o patios. Pero esos tiempos ya son pasado. En la actualidad podemos recurrir al DIY( did your self) o buscar y dejarse aconsejar por profesionales de un amplio mercado. Simplemente por curiosidad échale un ojo a este enlace, un sencillo ejemplo de la multitud de soluciones que existen, ¡te sorprenderá!
A día de hoy podemos encontrar multitud de estilos de fuentes tanto para interiores como para exteriores. De la más grande a la más pequeña, hoy toda fuente es posible. Desde los estilos más barrocos o minimalistas, pasando por el estilo oriental con la famosa fuente Feng Shui. Gracias a los avances tecnológicos tener una fuente es algo muy asequible.
¿Cómo empezar?
Este es el punto que a todos nos cuesta, no hay que preocuparse, lo podemos hacer. Como en cualquier obra, reforma de interiores o rehabilitación, cuando vayamos a construir nuestra propia fuente o a encargarla en un comercio profesional, debemos plantearnos empezar por el principio. Lo que significa, en este caso, elegir primero el lugar en el que queremos poner la fuente.
Aunque parezca obvio esta parte es muy importante. Tener claro el lugar donde queremos poner nuestra fuente nos dará una idea inicial de las dimensiones, de la magnitud del trabajo y también de su coste económico.
Existen tres posibilidades de fuente:
- De pared: las fuentes de pared se distinguen por situarse en vertical a lo alto y ancho de un muro o pared.
- De suelo: la clásica fuente que se coloca a nivel del suelo. Puede tener diferentes alturas, y según la coloques puede variar su medida.
- Colocada sobre un soporte: esto puede ser una mesa, una columna, peana o similar.
La magia está en el sonido
Si hay algo que distingue a las fuentes de cualquier otro elemento de decoración en la casa es el sonido que producen. Mucha de su magia reside en esta característica. Son muchas las personas que disfrutan con el sonido del agua y, en muchos lugares, es casi un lujo. Y es que las fuentes no son simplemente agua que circula. Es todo un recorrido por el que transita el agua creando un conjunto con vida propia.
Por ello es importante tener este factor en cuenta a la hora de pensar en instalar una fuente en nuestro hogar. Aquí es dónde es importante pensar con qué la construiremos. Dependiendo que tipo de sonido queremos que produzca nuestra fuente se utilizarán unos materiales u otros. Así como variaremos la altura y distancia entre elementos para suavizar los tránsitos y saltos de agua.
El material
El uso de materiales orgánicos como maderas, bambú, cañas y similares provocará un sonido más suave, tenue, silencioso. Si nos gusta el sonido del agua cuando cae y golpea, contundente y relajante al mismo tiempo será mejor que utilicemos otro tipo de materiales. En este caso deberemos usar piedras, gravilla, cantos rodados o similar. Debemos tener en cuenta que, para producir los ruidos de caída y de salpicadura del agua, tendrás que jugar un poco con las alturas. Podemos combinar también materiales para jugar con texturas y experimentar con sonidos diferentes, incluso podemos colocar varias fuentes con sonidos distintos. ¡Tu creatividad no tienen límite!